Activos durante el día, los guepardos viven en las mismas áreas que cazadores nocturnos como leones y leopardos. Mientras que los cachorros viven con su madre, los machos adultos viven juntos en grupos pequeños. El secreto de la velocidad del guepardo está en su espina dorsal, nariz, cola y garras. Largo y flexible, este hueso se extiende y se contrae como un resorte a medida que el guepardo acelera a través de la sabana. Sus grandes fosas nasales permiten la entrada de más oxígeno. Ayudándole a maniobrar, su larga cola le sirve como timón y sus garras actúan como tacos. Alimentándose de gacelas y antílopes, el guepardo madre tiene que matar una presa todos los días para alimentar a sus crías. Usándolo como camuflaje entre las hierbas altas, el guepardo tiene manchas negras en su cuerpo color tostado, sin embargo la cola está cubierta de rayas.