Otro dinosaurio carnívoro, el Alosaurio, tenía un esqueleto único. En lugar de tener costillas conectadas a otros huesos de su cuerpo, este dinosaurio tenía las costillas conectadas a la piel. Sus vértebras también eran diferentes; los huesos de la espalda eran voluminosos y pesados. Con una altura erguido de más de cinco metros, y un peso de más de una tonelada, este depredador era el mayor carnívoro de la época. A pesar de que tenía brazos cortos, en sus manos tenía garras afiladas para capturar a dinosaurios que se alimentaban de plantas. El Alosaurio cazaba a menudo en grupo, haciendo más fácil la captura de sus presas. Con una vida que alcanzaba los veinte años, el Alosaurio era un depredador inteligente y feroz.